Parroquias de Buño , Leiloio, Cambre, Cerqueda, San Tirso, Barizo, Mens, Cores y Nemeño
martes, 20 de abril de 2010
Cuarto Domingo de Pascua
IV DOMINGO DE PASCUA –c-
Clave para el educador en la fe/catequista: Para entender este texto hay que recordar que en el fondo es una respuesta a la pregunta que los judíos dirigían a Jesús: ¿eres tú el Cristo, el Mesías? Han sido muchas las imágenes con que se ha presentado al Mesías. En todas ellas hay un elemento común que las caracteriza: la relación particular entre Dios y su pueblo.
Dios ha investido a su Mesías de autoridad a fin de que libere y reine sobre su pueblo. Los judíos han concretado esta misión en un reino de la categoría y estirpe de David. En el discurso sobre el pastor Jesús insiste y se revela como Mesías pero en una forma inesperada. Se define como el buen pastor en contraposición a los jefes de Israel. En el fondo esta afirmación está en la línea bíblica según la cual sólo Yahvé es el pastor de Israel. Más tarde se promete al pueblo disperso que Yahvé volverá a reunir a su rebaño y le dará un pastor: su siervo David, el Mesías.
Lectura del santo Evangelio según San Juan 10,27-30.
En aquel tiempo, dijo Jesús: Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre y nadie las arrebatará de mi mano.
Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre.
Yo y el Padre somos uno.
Reflexión:
¿Con qué palabra te quedas del texto evangélico?
¿Qué tipo de relación muestra el pastor con sus ovejas?
¿Quién es el pastor? ¿Quiénes son las ovejas?
¿Con quién se identifica Jesús?
¿Te sientes del “rebaño” de Jesús? ¿Cómo lo demuestras?
Compromiso:
Acuérdate de asistir el Domingo a la Eucaristía, invita a un/a amigo/a a que te acompañe. Piensa las veces que te diriges a Jesús al cabo de la semana. No te olvides de realizar una buena acción cada día y ofrécesela a Dios.
Oración:
Jesús, Dios de la Vida, buen pastor que nos acompañas y nos guías, condúcenos al Reino del Padre. Tú eres el buen pastor, que cuida y protege su rebaño, que no lo deja solo en la adversidad, que lo acompaña siempre. Tú eres el buen pastor, que siente compasión, que le preocupa la vida de los otros, que sufre con el dolor y la injusticia. Tu eres el buen pastor, que alimentas nuestra vida, que nos llevas a abrevar con agua viva, que nos das resguardo y abrigo. Muéstranos el camino compartido, sostiene el espíritu comunitario, enséñanos a caminar unidos, buenos pastores, los unos de los otros.
¡Viva Jesús en nuestros corazones!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.