Desde el Centro Vieiro (todos los que estamos dentro y fuera del despacho)
quiero daros las gracias a aquellas personas (voluntarios, estudiantes,
amigos...) e instituciones que todos los días nos ayudáis a poner nuestro
granito de arena para caminar el difícil camino de las personas a las que
acompañamos.
Esta poesía me la dedicó una persona que acude al centro, pero quiero compartirla y dedicarosla a todos vosotros porque también es para vosotros, y que a todos nos valga como motor en los momentos dificiles cuando pensamos que no avanzamos, que no somos suficientes, que no tenemos suficientes recursos, que no obtenemos resultados, que nadie nos escucha y que todo cae en el vacío.
Sé que no es la típica felicitación de Navidad, pero tampoco pretende serlo, sólo es una pequeña luz que encontré de golpe sin esperarla y que ha hecho recordarme porque me gusta mi trabajo, porque apuesto por el colectivo sin techo (llamado así en memorias, informes y programas varios), pero que son personas que con sus miradas, sonrisas, malhumor, sinceridad, mal olor, dificultades...son hermanos de este mi mundo diario.
Esta poesía me la dedicó una persona que acude al centro, pero quiero compartirla y dedicarosla a todos vosotros porque también es para vosotros, y que a todos nos valga como motor en los momentos dificiles cuando pensamos que no avanzamos, que no somos suficientes, que no tenemos suficientes recursos, que no obtenemos resultados, que nadie nos escucha y que todo cae en el vacío.
Sé que no es la típica felicitación de Navidad, pero tampoco pretende serlo, sólo es una pequeña luz que encontré de golpe sin esperarla y que ha hecho recordarme porque me gusta mi trabajo, porque apuesto por el colectivo sin techo (llamado así en memorias, informes y programas varios), pero que son personas que con sus miradas, sonrisas, malhumor, sinceridad, mal olor, dificultades...son hermanos de este mi mundo diario.
Cuando te conocí me tendiste la mano,
avanzando el tiempo, fuiste mi apoyo y puerto,
siempre con tu enorme corazón abierto,
demostrándome que ser bueno no es en vano
Yo estaba perdido, sin esperanza ni ganas,
tu me marcaste la manera de volver,
hasta mi vida anterior, sin nada que temer,
y me mostraste que las esperas no son vanas
Hoy, en medio del camino de recuperarme,
quiero, en este humilde escrito, nacido desde el
alma
decirte que fuiste mi guia y mi calma
y darte las gracias por ayudarme
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