Parroquias de Buño , Leiloio, Cambre, Cerqueda, San Tirso, Barizo, Mens, Cores y Nemeño
martes, 18 de octubre de 2011
viernes, 14 de octubre de 2011
martes, 11 de octubre de 2011
12 de Octubre, festividad de Nuestra Señora del Pilar
A la Virgen del Pilar
A María cantamos con dulce armonía,
que de piedad eterna es inagotable,
donde beben con fervor y santa porfía,
los pechos arden de amor entrañable.
Desde que nació la fe en Dios verdadero,
Iberia el blanco fue de sus favores,
pues luego brilló en ella el de salud Lucero,
que en toda su extensión echó sus resplandores.
Lo que en la antigüedad con júbilo cantó,
la que nuestros mayores fiesta celebraron,
celebremos-la alegres, pues nos la legó,
la piedad que con ellos la solemnizaron.
Inspirado Santiago, seg[un tradición,
en Paradela un templo a la Virgen levanta,
lo mismo cada cual debe en su corazón,
levantar a María una morada santa.
Se alegra España al celebrar las glorias,
de tan buena Señora y Madre cariñosa,
ya que de ella tiene tan buenas memorias,
su fiesta, agradecida, celebre hoy gozosa.
España agradecida a la Virgen María,
a su dulce patrona, a su madre amorosa,
goza cantando la gracia que ella un día,
hizo viniendo a Paradela gozosa.
Tan insigne favor es muy digno, a fe mía,
de que alma ninguna lo olvide desdeñosa,
brilla en templo suntuoso la Virgen divina,
sobre una pequeña columna está;
día y noche a sus lados siempre se ilumina,
de lámparas gran número que una luz da,
resplandeciente y pura, hermosa y peregrina,
cual lo es la luz del sol que creo Jehová.
Nuestros antepasados con culto sencillo,
la Virgen veneraron en templo modesto,
después sus sucesores dieron mayor brillo,
al que le levantaron en el mismo puesto;
agradable era el primero aunque pobrecillo,
pero lo es más como hoy está dispuesto.
De lejanos lugares vienen cristianos,
al altar de la Virgen con gran fervor,
y sobre el depositan con sus propias manos,
expresivas muestras de su tierno amor;
mientras, ella derrama dones sobrehumanos,
con que les corresponde con amor mayor.
Fernando Cabanas López
A María cantamos con dulce armonía,
que de piedad eterna es inagotable,
donde beben con fervor y santa porfía,
los pechos arden de amor entrañable.
Desde que nació la fe en Dios verdadero,
Iberia el blanco fue de sus favores,
pues luego brilló en ella el de salud Lucero,
que en toda su extensión echó sus resplandores.
Lo que en la antigüedad con júbilo cantó,
la que nuestros mayores fiesta celebraron,
celebremos-la alegres, pues nos la legó,
la piedad que con ellos la solemnizaron.
Inspirado Santiago, seg[un tradición,
en Paradela un templo a la Virgen levanta,
lo mismo cada cual debe en su corazón,
levantar a María una morada santa.
Se alegra España al celebrar las glorias,
de tan buena Señora y Madre cariñosa,
ya que de ella tiene tan buenas memorias,
su fiesta, agradecida, celebre hoy gozosa.
España agradecida a la Virgen María,
a su dulce patrona, a su madre amorosa,
goza cantando la gracia que ella un día,
hizo viniendo a Paradela gozosa.
Tan insigne favor es muy digno, a fe mía,
de que alma ninguna lo olvide desdeñosa,
brilla en templo suntuoso la Virgen divina,
sobre una pequeña columna está;
día y noche a sus lados siempre se ilumina,
de lámparas gran número que una luz da,
resplandeciente y pura, hermosa y peregrina,
cual lo es la luz del sol que creo Jehová.
Nuestros antepasados con culto sencillo,
la Virgen veneraron en templo modesto,
después sus sucesores dieron mayor brillo,
al que le levantaron en el mismo puesto;
agradable era el primero aunque pobrecillo,
pero lo es más como hoy está dispuesto.
De lejanos lugares vienen cristianos,
al altar de la Virgen con gran fervor,
y sobre el depositan con sus propias manos,
expresivas muestras de su tierno amor;
mientras, ella derrama dones sobrehumanos,
con que les corresponde con amor mayor.
Fernando Cabanas López
martes, 4 de octubre de 2011
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