La Segunda lectura de la misa de hoy nos recuerda al llamado himno de la caridad, una de las cartas mas bellas de San Pablo. “todo lo que hicisteis por uno de mis hermanos pequeños, por mi lo hicisteis”. Esta es la caridad, una de las tres virtudes sobrenaturales, junto con la Fe y la Esperanza.
La
virtud de la caridad nos hacerca a las personas, y no se trata de un
simple humanitarismo, que también lo es, ni tampoco es un
sentimentalismo, es el afán, el amor de querer ayudar libremente sin
pedir nada a cambio. Puede decirse que la virtud teologal de la
caridad recoge y asume los vinculos de fraternidad, de sange incluso,
de compasión por los demás y los sobranaturaliza, los purifica y
los hace mas profundos y gratos a Dios.
La
caridad por otro lado nos exige muchas veces que tengamos PACIENCIA
con quien queremos ayudar, que no nos ENFADEMOS, porque muchas veces
para hacer el bien es necesario primero saber soportar el mal.
La
paciencia nos ayuda a sobrellevar los defectos de los demás, nos
ayuda a ser serenos ante situaciones difíciles, nos ayuda a saber
esperar el momento oportuno y no dar importancia cosas que no la
tienen, la paciencia es una virtud necesaria para vivir la caridad y
la convivencia con los demás. Siendo pacientes imitamos a Dios, que
también es paciente con nuestros errores y pecados.
Por
otro lado la caridad es también benigna, es decir, esta dispuesta a
hacer el bien a todos. La caridad no es envidiosa, pues mientras la
envidia entristece a la persona cuando algo bueno le pasa al vecino,
por lo contrario, la caridad se alegra del bien que le sucede al
projimo.
La
caridad no obra con soberbia ni jactancia, sino que se practica con
humildad. El que es soberbio no es capaz de vivir ninguna virtud y
por lo tanto el soberbio no es capaz de hacer el bien, porque no ama
a los demás, solo se ama a si mismo.
La
caridad tampoco toma en cuenta el mal no guarda listas de agravios,
más bien todo lo excusa, lo cual no quiere decir que no sea
compatible con la exigencia y la lucha por buscar la justicia. Tu y
Yo podemos dar mucho, un elogio, un cariño, un abrazo, una buena
palabra, sacar hierro a un asunto, poner paz, son tantas cosas las
que podemos dar sin esperar nada a cambio. No busquemos nada y
habremos encontrado a Jesús.
Manuel
Garcia Souto
01/02/2013