EL
CAMINO DE LAS BIENAVENTURANZAS
Las
bienaventuranzas nos marcan un camino nuevo en la vida, marcan un
antes y un después en el mundo, es un
cambio de los valores humanos. Hasta ahora, el tener suerte y una
vida agradable era como tener la bendición de Dios, y el ser
infeliz, desgraciado, suponía el estar
castigado por Dios.
Hasta
ahora, el hombre que buscaba la riqueza, los gozos del cuerpo, la
estimación de los demás, el poder y mandar sobre todos, era
considerado como el ser feliz.
Cristo
nos propone otro camino distinto, el ser pobre, misericordioso, el
ser humilde, en definitiva solo en servir a Dios hace a la persona
feliz, aunque sea en medio de la pobreza, de la enfermedad, del
dolor, en medio de las contrariedades de la vida, y por el contrario
un hombre puede tener una vida infeliz, desgraciada y a la vez ser
rico y poderoso.
Las
bienaventuranzas señalan un ideal de santidad, Dios no esta en
contra de que busquemos estar económicamente
bien, de que tengamos muchas riquezas, de que busquemos evitar el
dolor, la enfermedad, la pobreza, … No, eso es perfectamente
compatible con cumplir la voluntad de Dios a ser personas con
dignidad humana. Nosotros estamos llamados a cumplir la voluntad
divina y esa voluntad nos la resumen las bienaventuranzas: dichosos
los pobres de espíritu, que es lo mismo
que decir, dichosos los que buscan cumplir con la voluntad de Dios,
es decir dichosos los que buscan hacer el bien y no el mal.
Colmo
de bienes a los hambrientos......, es una invitación a no ser unos
conformistas de la vida, sino a luchar por mejorar el mundo,
especialmente haciendo de este mundo un mundo mas gusto, mas
solidario, eliminando las desiguales entre
unos y otros.
Vosotros,
los que sentís el peso de la vida de la cruz de cristo, los que
estáis desamparados, los que lloráis,
vosotros los que sufrís por el dolor y la
enfermedad, estad tranquilos y tened animo, porque sois los
preferidos del Señor, sois los hermanos de Cristo que sufrió y
padeció en la Cruz por todos.
Cuando
en la vida escogemos otros caminos que no son los de la voluntad de
Dios, al final solo encontrarás tristeza y soledad. Una vida alejada
de Dios, al final solo recoge frutos amargos y es una vida perdida.
Alégrese
el corazón de los que buscan al Señor.
Manuel
Garcia Souto