sábado, 1 de febrero de 2014

Un cambio en los valores del mundo

EL CAMINO DE LAS BIENAVENTURANZAS

Las bienaventuranzas nos marcan un camino nuevo en la vida, marcan un antes y un después en el mundo, es un cambio de los valores humanos. Hasta ahora, el tener suerte y una vida agradable era como tener la bendición de Dios, y el ser infeliz, desgraciado, suponía el estar castigado por Dios.
Hasta ahora, el hombre que buscaba la riqueza, los gozos del cuerpo, la estimación de los demás, el poder y mandar sobre todos, era considerado como el ser feliz.
Cristo nos propone otro camino distinto, el ser pobre, misericordioso, el ser humilde, en definitiva solo en servir a Dios hace a la persona feliz, aunque sea en medio de la pobreza, de la enfermedad, del dolor, en medio de las contrariedades de la vida, y por el contrario un hombre puede tener una vida infeliz, desgraciada y a la vez ser rico y poderoso.

Las bienaventuranzas señalan un ideal de santidad, Dios no esta en contra de que busquemos estar económicamente bien, de que tengamos muchas riquezas, de que busquemos evitar el dolor, la enfermedad, la pobreza, … No, eso es perfectamente compatible con cumplir la voluntad de Dios a ser personas con dignidad humana. Nosotros estamos llamados a cumplir la voluntad divina y esa voluntad nos la resumen las bienaventuranzas: dichosos los pobres de espíritu, que es lo mismo que decir, dichosos los que buscan cumplir con la voluntad de Dios, es decir dichosos los que buscan hacer el bien y no el mal.

Colmo de bienes a los hambrientos......, es una invitación a no ser unos conformistas de la vida, sino a luchar por mejorar el mundo, especialmente haciendo de este mundo un mundo mas gusto, mas solidario, eliminando las desiguales entre unos y otros.

Vosotros, los que sentís el peso de la vida de la cruz de cristo, los que estáis desamparados, los que lloráis, vosotros los que sufrís por el dolor y la enfermedad, estad tranquilos y tened animo, porque sois los preferidos del Señor, sois los hermanos de Cristo que sufrió y padeció en la Cruz por todos.

Cuando en la vida escogemos otros caminos que no son los de la voluntad de Dios, al final solo encontrarás tristeza y soledad. Una vida alejada de Dios, al final solo recoge frutos amargos y es una vida perdida.

Alégrese el corazón de los que buscan al Señor.


Manuel Garcia Souto