DE
LA CÁRCEL SE SALE, AMIGO. NO
TE RINDAS
XAQUÍN
CAMPO FREIRE. 20-08-2012.
(Meditación
personal desde Benedetti).
Compañero amigo, amigo del alma. Cuantas veces he visto lo imposible
pisando mis talones en mis proyectos de vida con la tentación de
dejarlo todo. Alguien se acercó y me susurró, suavemente, allá muy
adentro: No te rindas. Quizás fue ese hijo, ese tan pequeño, de
mirada limpia y ojos suplicantes: Papá, no te rindas. He visto las
lágrimas de una madre buena, con rostro gastado, que me dio la vida:
No te rindas. En el silencio de la noche y en la soledad de mis días
un amor me grita: Por favor, no te rindas.
Me
siento atrapado. Tengo dependencias. Lo mejor de mi se va
destruyendo. No soy un ser libre. La culpa me acecha. Me siento
frustrado. Mi vivir penando es un sin sentido. Me comen las ansias de
gritarme fuerte: ¡Cambia ya tu rumbo¡ ¿Cómo, dónde, con que
ayuda? Una gran zozobra. No sé. Aún no veo. Esa voz interior se
agranda, no sabe callar. Machaconamente me insiste: No te rindas. Un
pesimismo inútil y destructor aparece amenazante. Que maraña. No
puedo perderme. No vale la pena. Sí. Me levantaré. Allá en
lontananza, una leve luz. Palpando, al vislumbre, sus atisbos busco.
No quiero rendirme. Soy un buscador. Tengo derecho, como persona, a
vivir de pie y con dignidad. En alguna parte, me lo dice el alma,
nuevas oportunidades me aguardan, a mi espera están. Esa voz me
dice: Levántate y anda, no te rindas. ¿Podré? Y de nuevo las
dudas. Aparece el miedo y llega el desánimo. Pero, no. No te rindas.
Y la voz me puede, me insiste y no calla: No te rindas. Un golpe en
la mesa: Basta, me dije a mi mismo. Decídete ya. No seas cobarde. Te
espera otra vida. Pretendo acallarla. La voz no se deja. Con fuerza
imperante: No te rindas.
Al
fin la escuché y me fue guiando. Me puse en camino. Y vino la lucha.
Y la lucha fue dura. Tuve recaídas. Y pasó el tiempo. Mucho
tiempo.Un tiempo de años con días iguales. Sí. Han pasado años.
Conocí penales y módulos varios. Sangre, sudor, miedos. Muchísimas
lágrimas he dejado en mi senda, también en mi celda. Con los
compañeros, en largas sesiones, con risas y bromas, también con
reservas, aliviamos penas. Ya no soy el mismo. El tiempo, mi tiempo,
se fue consumiendo. Mucho he cambiado.
Y
llegó el día y sonó la hora. Las puertas cerradas al fin se me
abrieron. Mirando hacia atrás, ¡que precio tan alto! ¿Mereció la
pena tener que pagarlo? Mucha gente buena ha puesto su parte y estuvo
apoyando. Tuvieron paciencia. Creyeron en mí para que yo creyera. Y
esta es mi historia, compañero amigo, amigo del alma. Yo quiero
animarte. De la cárcel se sale. Otra vez se empieza. Se empieza de
nuevo. No te rindas.
Y a ti,
Benedetti, gracias infinitas por saber decirlo:
NO
TE RINDAS
(Mario
Benedetti)
No
te rindas, aún estás a tiempo
De
alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar
tus sombras,
Enterrar
tus miedos,
Liberar
el lastre,
Retomar
el vuelo.
No
te rindas que la vida es eso,
Continuar
el viaje,
Perseguir
tus sueños,
Destrabar
el tiempo,
Correr
los escombros,
Y
destapar el cielo.
No
te rindas, por favor no cedas,
Aunque
el frío queme,
Aunque
el miedo muerda,
Aunque
el sol se esconda,
Y
se calle el viento,
Aún
hay fuego en tu alma
Aún
hay vida en tus sueños.
Porque
la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque
lo has querido y porque te quiero
Porque
existe el vino y el amor, es cierto.
Porque
no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir
las puertas,
Quitar
los cerrojos,
Abandonar
las murallas que te protegieron,
Vivir
la vida y aceptar el reto,
Recuperar
la risa,
Ensayar
un canto,
Bajar
la guardia y extender las manos
Desplegar
las alas
E
intentar de nuevo,
Celebrar
la vida y retomar los cielos.
No
te rindas, por favor, no cedas,
Aunque
el frío queme,
Aunque
el miedo muerda,
Aunque
el sol se ponga
y
se calle el viento,
Aún
hay fuego en tu alma,
Aún
hay vida en tus sueños.
Porque
cada día es un comienzo nuevo,
Porque
esta es la hora y el mejor momento.
Porque
no estás solo,
Porque
yo te quiero.