miércoles, 21 de julio de 2010

Tierra de San Pedro Mezonzo

Si quieres conocer la tierra de San Pedro Mezonzo, ahora puedes hacerlo por tan solo 20€ más gastos de envío. Puedes solicitar el Libro a las siguientes direcciones: 
1.- Avda. Castellana nº2. 15310 TEIXEIRO. LA CORUÑA. Parroquia de Santa Eulalia de Curtis
2.- Por email a: teixeirosantaia@archicompostela.org


lunes, 5 de julio de 2010

San Andrés de Teixido


Amigo/a:
 
Vai de morto quen non foi de vivo
 
É tempo axeitado de cumprir con Sant'André de Teixido,
 
tamén chamado de Lonxe ou, mesmo, do Cabo do Mundo.
 
Non o tomes a xeito de brincadeira.
 
Vai en serio.
 
Aquí respíranse  a etnografía e a antropoloxía con carimbos de antigüidade.
 
Se escolles un bo día, cun guía axeitado, ficarás impresionado.
 
Se vai temporal ou está envolto en bruma,
 
a experiencia da Santa Compaña, non te deixará indiferente.
 
Un día destes, heiche mandar unha sinopse iniciática
 
para que, cando veñas, saibas que a terra que pisas é sagrada.
 
Cada vez que vou, sempre atopo algo novo,
 
tal é a riqueza significativa desta paraxe sen par.
 
Dá para todo.
 
Para os feitizos máis indescriptíbeis
 
na Pena dos Encantos ou no Coto dos Fondás,
 
na paisaxe impresionante da Serra da Capalada,
 
ou na visión abisal dese mar infindo sen fondo
 
e de misteriosos horizontes.
 
As postas do sol, dende os comezos da existencia,
 
ergueron e venerarono aquí a grande e sacra Ara Solis. 
 
Tamén aquí poden asentar os alicerces
 
da máis auténtica fe liberadora.
 
Por aquí pasan todas as formulacións teóricas
 
ou mesmo as pantasías e pantasmas máis pantasmais.
 
En resumo:
 
Vale a pena achegarse.
 
Mellor, se o facemos sabendo de que vai e de que ímos.
 
Unha aperta vacacional que ben merecido tes o teu descanso.
 
Xaquín Campo Freire
 
 
 

jueves, 24 de junio de 2010


† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (9, 51-62)

Cuando ya se acercaba el tiempo en que tenía que salir de este mundo, Jesús tomó la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén. Envió mensajeros por delante y ellos fueron a una aldea de Samaria para conseguirle alojamiento; pero los samaritanos no quisieron recibirlo, porque supieron que iba a Jerusalén. Ante esta negativa, sus discípulos Santiago y Juan le dijeron: “Señor, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo para que acabe con ellos?” Pero Jesús se volvió hacia ellos y les reprendió.
Después se fueron a otra aldea. Mientras iban de camino, alguien le dijo a Jesús: “Te seguiré a donde quiera que vayas”. Jesús le respondió: “Las zorras tienen madrigueras y los pájaros, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en dónde reclinar la cabeza”.
A otro, Jesús le dijo: “Sígueme”. Pero él le respondió: “Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre”. Jesús le replicó: “Deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú ve y anuncia el Reino de Dios”.
Otro le dijo: “Te seguiré, Señor; pero déjame primero despedirme de mi familia”. Jesús le contestó: “El que empuña el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios”.


SIN INSTALARSE NI MIRAR ATRÁS J.A. Pagola

Seguir a Jesús es el corazón de la vida cristiana. Lo esencial. Nada hay más importante o decisivo. Precisamente por eso, Lucas describe tres pequeñas escenas para que las comunidades que lean su evangelio, tomen conciencia de que, a los ojos de Jesús, nada puede haber más urgente e inaplazable.
Jesús emplea imágenes duras y escandalosas. Se ve que quiere sacudir las conciencias. No busca más seguidores, sino seguidores más comprometidos, que le sigan sin reservas, renunciando a falsas seguridades y asumiendo las rupturas necesarias. Sus palabras plantean en el fondo una sola cuestión: ¿qué relación queremos establecer con él quienes nos decimos seguidores suyos?
Primera escena. Uno de los que le acompañan se siente tan atraído por Jesús que, antes de que lo llame, él mismo toma la iniciativa: «Te seguiré adonde vayas». Jesús le hace tomar conciencia de lo que está diciendo: «Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros nido», pero él «no tiene dónde reclinar su cabeza».
Seguir a Jesús es toda una aventura. Él no ofrece a los suyos seguridad o bienestar. No ayuda a ganar dinero o adquirir poder. Seguir a Jesús es "vivir de camino", sin instalarnos en el bienestar y sin buscar un falso refugio en la religión. Una Iglesia menos poderosa y más vulnerable no es una desgracia. Es lo mejor que nos puede suceder para purificar nuestra fe y confiar más en Jesús.
Segunda escena. Otro está dispuesto a seguirle, pero le pide cumplir primero con la obligación sagrada de «enterrar a su padre». A ningún judío puede extrañar, pues se trata de una de las obligaciones religiosas más importantes. La respuesta de Jesús es desconcertante: «Deja que los muertos entierren a sus muertos: tú vete a anunciar el reino de Dios».
Abrir caminos al reino de Dios trabajando por una vida más humana es siempre la tarea más urgente. Nada ha de retrasar nuestra decisión. Nadie nos ha de retener o frenar. Los "muertos", que no viven al servicio del reino de la vida, ya se dedicarán a otras obligaciones religiosas menos apremiantes que el reino de Dios y su justicia.
         Tercera escena. A un tercero que quiere despedir a su familia antes de seguirlo, Jesús le dice: «El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios». No es posible seguir a Jesús mirando hacia atrás. No es posible abrir caminos al reino de Dios quedándonos en el pasado. Trabajar en el proyecto del Padre pide dedicación total, confianza en el futuro de Dios y audacia para caminar tras los pasos de Jesús.

jueves, 3 de junio de 2010


HACER MEMORIA DE JESÚS
        
         Al narrar la última Cena de Jesús con sus discípulos, las primeras generaciones cristianas recordaban el deseo expresado de manera solemne por su Maestro: «Haced esto en memoria mía». Así lo recogen el evangelista Lucas y Pablo, el evangelizador de los gentiles.
         Desde su origen, la Cena del Señor ha sido celebrada por los cristianos para hacer memoria de Jesús, actualizar su presencia viva en medio de nosotros y alimentar nuestra fe en él, en su mensaje y en su vida entregada por nosotros hasta la muerte. Recordemos cuatro momentos significativos en la estructura actual de la misa. Los hemos de vivir desde dentro y en comunidad.
         La escucha del Evangelio. Hacemos memoria de Jesús cuando escuchamos en los evangelios el relato de su vida y su mensaje. Los evangelios han sido escritos, precisamente, para guardar el recuerdo de Jesús alimentando así la fe y el seguimiento de sus discípulos.
         Del relato evangélico no aprendemos doctrina sino, sobre todo, la manera de ser y de actuar de Jesús, que ha de inspirar y modelar nuestra vida. Por eso, lo hemos de escuchar en actitud de discípulos que quieren aprender a pensar, sentir, amar y vivir como él.
         La memoria de la Cena. Hacemos memoria de la acción salvadora de Jesús escuchando con fe sus palabras: "Esto es mi cuerpo. Vedme en estos trozos de pan entregándome por vosotros hasta la muerte... Éste es el cáliz de mi sangre. La he derramado para el perdón de vuestros pecados. Así me recordaréis siempre. Os he amado hasta el extremo".
         En este momento confesamos nuestra fe en Jesucristo haciendo una síntesis del misterio de nuestra salvación: "Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. Ven, Señor Jesús". Nos sentimos salvados por Cristo nuestro Señor.
         La oración de Jesús. Antes de comulgar, pronunciamos la oración que nos enseñó Jesús. Primero, nos identificamos con los tres grandes deseos que llevaba en su corazón: el respeto absoluto a Dios, la venida de su reino de justicia y el cumplimiento de su voluntad de Padre. Luego, con sus cuatro peticiones al Padre: pan para todos, perdón y misericordia, superación de la tentación y liberación de todo mal.
         La comunión con Jesús. Nos acercamos como pobres, con la mano tendida; tomamos el Pan de la vida; comulgamos haciendo un acto de fe; acogemos en silencio a Jesús en nuestro corazón y en nuestra vida: "Señor, quiero comulgar contigo, seguir tus pasos, vivir animado con tu espíritu y colaborar en tu proyecto de hacer un mundo más humano".
         José Antonio Pagola

Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS
Introduce en nuestras vidas la memoria de Jesús. Pásalo.
6 de junio de 2010
Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (C)
1 Corintios 11, 23-26



Año de la Palabra

La Salle - Andalucía

CUERPO Y SANGRE

DE CRISTO (c)
 
6 de Junio 2010

Lc 9,11b-17

Lectura del evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar al gentío del reino de Dios y curó a los que lo necesitaban. Caía la tarde, y los Doce se le acercaron a decirle: - «Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado.» Él les contestó: - «Dadles vosotros de comer.» Ellos replicaron: - «No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para todo este gentío.» Porque eran unos cinco mil hombres. Jesús dijo a sus discípulos: - «Decidles que se echen en grupos de unos cincuenta.» Lo hicieron así, y todos se echaron. Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y cogieron las sobras: doce cestos.

CADA DOMINGO
        


Para celebrar la eucaristía dominical no basta con seguir las normas prescritas o pronunciar las palabras obligadas. No basta tampoco cantar, santiguarse o darnos la paz en el momento adecuado. Es muy fácil asistir a misa y no celebrar nada en el corazón; oír las lecturas correspondientes y no escuchar la voz de Dios; comulgar piadosamente sin comulgar con Cristo; darnos la paz sin reconciliarnos con nadie. ¿Cómo vivir la misa del domingo como una experiencia que renueve y fortalezca nuestra fe?
Para empezar, es necesario escuchar desde dentro con atención y alegría la Palabra de Dios y, en concreto, el evangelio de Jesús. Durante la semana hemos visto la televisión, hemos escuchado la radio y hemos leído la prensa. Vivimos aturdidos por toda clase de mensajes, voces, ruidos, noticias, información y publicidad. Necesitamos escuchar otra voz diferente que nos cure por dentro.
Es un respiro escuchar las palabras directas y sencillas de Jesús. Traen verdad a nuestra vida. Nos liberan de engaños, miedos y egoísmos que nos hacen daño. Nos enseñan a vivir con más sencillez y dignidad, con más sentido y esperanza. Es una suerte hacer el recorrido de la vida guiados cada domingo por la luz del evangelio.
La plegaria eucarística constituye el momento central. No nos podemos distraer. «Levantamos el corazón» para dar gracias a Dios. Es bueno, es justo y necesario agradecer a Dios por la vida, por la creación entera, por el regalo que es Jesucristo. La vida no es sólo trabajo, esfuerzo y agitación. Es también celebración, acción de gracias y alabanza a Dios. Es un respiro reunirnos cada domingo para sentir la vida como regalo y dar gracias al Creador.
La comunión con Cristo es decisiva. Es el momento de acoger a Jesús en nuestra vida para experimentarlo en nosotros, para identificarnos con él y para dejarnos trabajar, consolar y fortalecer por su Espíritu.
Todo esto no lo vivimos encerrados en nuestro pequeño mundo. Cantamos juntos el Padrenuestro sintiéndonos hermanos de todos. Le pedimos que a nadie le falte el pan ni el perdón. Nos damos la paz y la buscamos para todos.

José Antonio Pagola








Para la revisión de vida

v      ¿En mi vida cristiana la Eucaristía se manifiesta como fuente de unidad y de caridad?
v      ¿Cómo podría comprometerme concretamente en favor de las personas que viven en la pobreza y sufren hambre de pan y de justicia?

Para la reunión de grupo

v      ¿En nuestra comunidad, grupo… la celebración eucarística genera mayor amor y compromiso en favor de los más pobres o se limita a ser un simple rito religioso?
v      - ¿Con qué iniciativas concretas podríamos hacer que nuestra participación comunitaria en la Eucaristía fuera más activa participativa, festiva y dinámica?
v      - ¿Cómo podríamos, como comunidad, comprometernos más para llevar a los demás el pan del bienestar material, el pan del amor y de la esperanza, de la solidaridad, del perdón, de a escucha y el pan del evangelio del Reino

Para la oración de los fieles

v      Señor Jesús, que en el misterio eucarístico has dejado para tus discípulos un memorial vivo de tu vida, tu muerte y tu resurrección, haz que participando con fe de tu Cuerpo y de tu Sangre seamos testigos fieles del evangelio de la liberación en medio del mundo. Roguemos al Señor
v      Señor Jesús, que congregas a tu Iglesia en torno al misterio de tu Cuerpo y de tu Sangre, haz que nuestra comunidad viva el misterio de la comunión en la diversidad, superando la intolerancia y el sectarismo, y así sea signo e instrumento de tu reino. Roguemos al Señor.
v      Señor Jesús, que alimentaste a la multitud en el desierto con el pan material y el pan de la Palabra, haz que la comunidad cristiana viva atenta a los signos de los tiempos, a través de una misión de evangelización liberadora e integral, llevando a todos el anuncio del Reino y comprometiéndose activamente en la promoción humana. Roguemos al Señor.

Oración comunitaria

Señor Jesús, Pan Vivo de esperanza y de amor, concede a cuantos participamos en la cena eucarística, vivir el misterio de la comunión en el amor y ser testigos de tu reino en el mundo. Por nuestro Señor Jesucristo.



lunes, 31 de mayo de 2010

Vía Crucis de la Iglesia de Santa Eulalia de Curtis


El motivo de esta publicación es el de dar a conocer el patrimonio artístico cultural de nuestra parroquia de Santa Eulalia; sita en Santaia-Teixeiro, pronvincia de La Coruña, en la Diócesis de Santiago de Compostela.
De igual manera deseo acercarte a Dios, que lo conozcas y lo trates, al igual que lo hicieron nuestros antepasados y a los que les debemos la vida y el conjunto patrimonial que se da a conocer en este pequeño libro de 40 páginas junto a otras tantas fotografías.
Agradezco al autor Fernando David Cabanas López que generosamente ha querido contribuir con la misma al cuidado y mantenimiento del patrimonio de las Iglesias de Santaia, Teixeiro, Foxado y Paradela, es por ello, por lo que los ingresos son donados en su integridad a las parroquias citadas.


DONATIVO 5€

Si quieres colaborar, ahora es el momento, compra un ejemplar de nuestro VIA CRUCIS DE LA IGLESIA DE SANTA EULALIA DE CURTIS, solicitándolo al siguiente correo electrónico:  teixeirosantaia@archicompostela.org  por tan solo 5 € más gastos de envío por correo ordinario.
Puedes también solicitarlo por escrito a la Parroquia de Santa Eulalia de Curtis. Avda. Castellana nº2. 15310 TEIXEIRO. LA CORUÑA, o comprarlo en las sacristías de las Iglesia de Teixeiro, Santaia, Foxado y Paradela.

jueves, 27 de mayo de 2010

ABRIRNOS AL MISTERIO DE DIOS




      A lo largo de los siglos, los teólogos han realizado un gran esfuerzo por acercarse al misterio de Dios formulando con diferentes construcciones conceptuales las relaciones que vinculan y diferencian a las personas divinas en el seno de la Trinidad. Esfuerzo, sin duda, legítimo, nacido del amor y el deseo de Dios.
         Jesús, sin embargo, no sigue ese camino. Desde su propia experiencia de Dios, invita a sus seguidores a relacionarse de manera confiada con Dios Padre, a seguir fielmente sus pasos de Hijo de Dios encarnado, y a dejarnos guiar y alentar por el Espíritu Santo. Nos enseña así a abrirnos al misterio santo de Dios.
         Antes que nada, Jesús invita a sus seguidores a vivir como hijos e hijas de un Dios cercano, bueno y entrañable, al que todos podemos invocar como Padre querido. Lo que caracteriza a este Padre no es su poder y su fuerza, sino su bondad y su compasión infinita. Nadie está solo. Todos tenemos un Dios Padre que nos comprende, nos quiere y nos perdona como nadie.
         Jesús nos descubre que este Padre tiene un proyecto nacido de su corazón: construir con todos sus hijos e hijas un mundo más humano y fraterno, más justo y solidario. Jesús lo llama "reino de Dios" e invita a todos a entrar en ese proyecto del Padre buscando una vida más justa y digna para todos empezando por sus hijos más pobres, indefensos y necesitados.
         Al mismo tiempo, Jesús invita a sus seguidores a que confíen también en él: "No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios; creed también en mí". Él es el Hijo de Dios, imagen viva de su Padre. Sus palabras y sus gestos nos descubren cómo nos quiere el Padre de todos. Por eso, invita a todos a seguirlo. El nos enseñará a vivir con confianza y docilidad al servicio del proyecto del Padre.
         Con su grupo de seguidores, Jesús quiere formar una familia nueva donde todos busquen "cumplir la voluntad del Padre". Ésta es la herencia que quiere dejar en la tierra: un movimiento de hermanos y hermanas al servicio de los más pequeños y desvalidos. Esa familia será símbolo y germen del nuevo mundo querido por el Padre.
       Para esto necesitan acoger al Espíritu que alienta al Padre y a su Hijo Jesús: "Vosotros recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros y así seréis mis testigos". Éste Espíritu es el amor de Dios, el aliento que comparten el Padre y su Hijo Jesús, la fuerza, el impulso y la energía vital que hará de los seguidores de Jesús sus testigos y colaboradores al servicio del gran proyecto de la Trinidad santa.

José Antonio Pagola

Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS
Ayuda a vivir el misterio de Dios siguiendo a Jesús. Pásalo.
30 de mayo de 2010
                           Fiesta de la Trinidad (C)           
Juan 16, 12-15

miércoles, 26 de mayo de 2010

EXPERIENCIA Y RECUERDOS DE UN CATEQUISTA DE CONFIRMACIÓN

EXPERIENCIA Y RECUERDOS DE UN CATEQUISTA DE CONFIRMACIÓN 
 No recuerdo quien dijo: “Educad a los niños y no tendréis que castigar a los hombres”. Son sin duda sabias palabras que seguramente habrán sido pronunciadas por Séneca o Aristóteles. ¿A qué viene esto? -os preguntaréis-. Pues viene a que no sabía muy bien como empezar a contaros que el viernes día 8 celebramos en nuestra Parroquia de San Cristovo das Viñas -A Coruña- el sacramento de la Confirmación en el que participaron doce jóvenes (7 chicos y 5 chicas) del barrio. El barrio de Elviña, es una zona con mucha vivienda social y por tanto un lugar que se va deshaciendo, poco a poco, de problemas de convivencia a medida en que la zona va siendo urbanizada, tanto con viviendas como con infraestructuras que llevan a la integración. Por eso, para nosotros, es especialmente grato e importante el número de confirmados, pues somos una iglesia de barrio unida a lo rural. La buena labor de nuestro párroco, hombre joven, entregado a la labor, disponible y actuando siempre como un verdadero cristiano; ha hecho que este acto se desarrollara de forma muy grata. En representación del Arzobispo, nos acompañó su representante, el vicario D. José Luís que es otra persona que empatiza con todas las generaciones pues es hombre de sabias palabras, homilías sencillas que llegan al corazón de todos por su claridad y actualidad. Pero hablemos de los jóvenes confirmados que al fin y al cabo, ellos eran los protagonistas. En primer lugar quisiera compartir con vosotros la gran riqueza que han dejado en mí, estos jóvenes durante los dos años que nos hemos reunido una vez a la semana. El primer año no fue fácil hacer que formaran grupo. A pesar de las dinámicas y facilidad para que incluso eligieran, de vez en cuando, los temas, no acababan de relacionarse como un grupo que comparte, participa y muestra interés. Muchas veces marchaba a mi casa pensando que ni siquiera me habían oído, mucho menos escuchado. Sin embargo nada más lejos de la realidad, pues ocurría que en cualquier momento me daban respuestas basadas en lo que habíamos hablado, precisamente el día que menos creía que me escuchaban. El segundo año el grupo se fusionó más y, una vez finalizada nuestra reunión, pasaban bastante tiempo juntos charlando amenamente. Cuando empieza la preparación yo suelo preguntarles por qué vienen. La mayoría de las respuestas son “por si lo necesito para casarse” o dicen no saber el por qué. Yo les respondo que no lo hagan por eso pero que sea por lo que sea, que no es, de momento, importante el motivo. Siempre tengo la sensación de que van a salir todos en estampida y no volver a la semana siguiente. Mi sorpresa siempre es la misma y mayor, pues en ocasiones acaban trayendo a otros que no pensaban hacerlo. Los jóvenes están ciertamente desnortados y es asombroso observar como les agrada oír hablar del amor, de la convivencia en armonía y como tratan de rebatir alegando los problemas de convivencia de su colegio. Sin embargo quieren escuchar y cuando les dices que si ellos cambian, cambiará el mundo, quedan como diciendo este es un ingenuo, pero en el fono ellos quieren y creen que es posible. Cuando les dices que si quieren ser felices sólo depende de ellos, dudan pero les gusta sentir que pueden lograrlo. Cuando les dices hay que hacer el bien y buscar al difícil, se revelan y a la semana siguiente te cuentan que se han acercado a aquel personaje tan rebelde. Y uno sólo puede decir: valió la pena. Os diré, para no extenderme más que, finalizada la preparación, mi alegría ha sido que me dijeron si no podríamos seguir reuniéndonos el próximo curso. Yo no lo merezco pues yo no he puesto nada, sólo Él pudo hacerlo. Gracias y perdón por mi apropiación. Jesús Peón

domingo, 16 de mayo de 2010

SOR FAUSTINA





Audiencia general de Benedicto XVI sobre Santiago el Mayor




AUDIENCIA GENERAL

Miércoles 21 de junio de 2006

Santiago el Mayor

Queridos hermanos y hermanas:

Proseguimos la serie de retratos de los Apóstoles elegidos directamente por Jesús durante su vida terrena. Hemos hablado de san Pedro y de su hermano Andrés. Hoy hablamos del apóstol
Santiago.

Las listas  bíblicas de los Doce mencionan dos personas con este nombre:
Santiago, el hijo de Zebedeo, y Santiago, el hijo de Alfeo (cf. Mc 3,17-18; Mt 10, 2-3), que por lo general se distinguen con los apelativos de Santiago el Mayor y Santiago el Menor. Ciertamente, estas designaciones no
pretenden medir su santidad, sino sólo constatar la diversa importancia que reciben en los escritos del Nuevo Testamento y, en particular, en el marco de la vida terrena de Jesús. Hoy dedicamos nuestra atención al primero de estos dos personajes homónimos.

El nombre
Santiago es la traducción de Iákobos, trasliteración griega del nombre del célebre patriarca Jacob. El apóstol así llamado es hermano de Juan, y en las listas a las que nos hemos referido ocupa el segundo lugar inmediatamente después de Pedro, como en el evangelio según san Marcos (cf. Mc 3, 17), o el tercer lugar después de Pedro y Andrés en los evangelios según san Mateo (cf. Mt 10, 2) y san Lucas (cf. Lc 6, 14), mientras que en los Hechos de los Apóstoles es mencionado después de Pedro y Juan (cf. Hch 1, 13). Este Santiago, juntamente con Pedro y Juan,
pertenece al grupo de los tres discípulos privilegiados que fueron admitidos por Jesús a los momentos importantes de su vida.

Dado que hace mucho calor, quisiera abreviar y mencionar ahora sólo dos de estas ocasiones.
Santiago pudo participar, juntamente con Pedro y Juan, en el momento de la agonía de Jesús en el huerto de Getsemaní y en el acontecimiento de la Transfiguración de Jesús. Se trata, por tanto, de
situaciones muy diversas entre sí:  en un caso,
Santiago, con los otros dos Apóstoles, experimenta la gloria del Señor, lo ve conversando con Moisés y Elías, y ve cómo se trasluce el esplendor divino en Jesús; en el otro, se encuentra ante el sufrimiento y la humillación, ve con sus propios ojos cómo el Hijo de Dios se humilla haciéndose obediente hasta la muerte.

Ciertamente, la segunda experiencia constituyó para él una ocasión de maduración en la fe, para corregir la interpretación unilateral, triunfalista, de la primera:  tuvo que vislumbrar que el Mesías, esperado por el pueblo judío como un triunfador, en realidad no sólo estaba rodeado de honor y de gloria, sino también de sufrimientos y debilidad. La gloria de Cristo se realiza precisamente en la cruz, participando en nuestros sufrimientos.

Esta maduración de la fe fue llevada a cabo en plenitud por el Espíritu Santo en Pentecostés, de forma que
Santiago, cuando llegó el momento del testimonio supremo, no se echó atrás. Al inicio de los años 40 del siglo I, el rey Herodes Agripa, nieto de Herodes el Grande, como nos informa san
Lucas, "por aquel tiempo echó mano a algunos de la Iglesia para maltratarlos e hizo morir por la espada a
Santiago, el hermano de Juan" (Hch 12, 1-2). La concisión de la noticia, que no da ningún detalle narrativo, pone de manifiesto, por una parte, que para los cristianos era normal dar testimonio del Señor con la propia vida; y, por otra, que Santiago ocupaba una posición destacada en la Iglesia de Jerusalén, entre otras causas por el papel que había desempeñado durante la existencia terrena de Jesús.

Una tradición sucesiva, que se remonta al menos a san Isidoro de Sevilla, habla de una estancia suya en España para evangelizar esa importante región del imperio romano. En cambio, según otra tradición, su cuerpo habría sido trasladado a España, a la ciudad de
Santiago de Compostela.
Como todos sabemos, ese lugar se convirtió en objeto de gran veneración y sigue siendo meta de numerosas peregrinaciones, no sólo procedentes de Europa sino también de todo el mundo. Así se explica la representación iconográfica de
Santiago con el bastón del peregrino y el rollo del
Evangelio, características del apóstol itinerante y dedicado al anuncio de la "buena nueva", y características de la peregrinación de la vida cristiana.


Por consiguiente, de
Santiago podemos aprender muchas cosas: la prontitud para acoger la llamada del Señor incluso cuando nos pide que dejemos la "barca" de nuestras seguridades humanas, el entusiasmo al seguirlo por los caminos que él nos señala más allá de nuestra presunción ilusoria, la
disponibilidad para dar testimonio de él con valentía, si fuera necesario hasta el sacrificio supremo de
la vida. Así, Santiago el Mayor se nos presenta como ejemplo elocuente de adhesión generosa a Cristo. Él, que al inicio había pedido, a través de su madre, sentarse con su hermano junto
al Maestro en su reino, fue precisamente el primero en beber el cáliz de la pasión, en compartir con los Apóstoles el martirio.

Y al final, resumiendo todo, podemos decir que el camino no sólo exterior sino sobre todo interior, desde el monte de la Transfiguración hasta el monte de la agonía, simboliza toda la peregrinación de la vida cristiana, entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios, como dice el
concilio Vaticano II. Siguiendo a Jesús como
Santiago, sabemos, incluso en medio de las dificultades, que vamos por el buen camino.

Opera en el Mercado

domingo, 2 de mayo de 2010

MISERICORDIA


Intentar ser como el padre. La actitud de Dios es la acogida, la comprensión y el perdón. Es semejante a lo que me contó hace unos días un joven: "Una mañana cuando me dirigía al trabajo en mi coche recién estrenado fui golpeado levemente en el parachoques por otro automóvil. Los dos vehículos se detuvieron y el chico que conducía el otro coche bajó para ver los daños. Yo estaba asustado, reconocía que la culpa había sido mía. Me daba terror tener que contarle a mi padre lo que me había sucedido, sabiendo que sólo hacía dos días que mi padre lo había comprado. El otro chico se mostró muy comprensivo tras intercambiar los datos relativos a las licencias y el número de matrícula de ambos vehículos. Cuando abrí la guantera para sacar los documentos me encontré con un sobre y en el sobre una nota de puño y letra de mi padre, que decía: "hijo, en caso de accidente, recuerda que a quien quiero es a ti, no al coche". Yo pensé al escuchar este relato: si esto lo hacen los padres y los amigos, cuánto más Dios que es Padre misericordioso. Pensé además, que Dios nos da siempre una nueva oportunidad. No quiero ser sólo el que recibe compasión, quiero ser el que la ofrece. Intentaré ser como el Padre.

jueves, 29 de abril de 2010

SIÉNTETE ORGULLOSO DE SER CATÓLICO.
 Escrito por un Judío 
 Siéntete orgulloso de ser Católico (extractos de un artículo escrito por Sam Miller, prominente empresario judío de Cleveland (NO CATOLICO). ¿Porqué se ensañan los periódicos en continuar una Vendetta sobre una de las más importantes instituciones hoy en los Estados Unidos, de nombre Iglesia Católica? ¿Sabía usted que la iglesia católica educa a 2.6 millones de estudiantes costándole a su iglesia 10 mil millones de dólares, y por ende ahorrándole a la contraparte de contribuyentes norteamericanos 18 mil millones de dólares? Sus estudiantes terminan sus estudios universitarios a razón de 92% todos con cargo a ustedes como católicos… Para el resto de los americanos es gratis. La iglesia cuenta con 230 Colleges y Universidades en los Estados Unidos con un reclutamiento de 700,000 estudiantes. La iglesia católica tiene un sistema de 637 hospitales sin fines de lucro en los cuales se atiende hoy en día a 1 de cada 5 personas (no solo católicos) en Estados Unidos. Pero la prensa está ensañada y tratando por todos los medios posibles de denigrar totalmente a la iglesia católica de este país. Han culpado de la enfermedad de la Pedofilia a la iglesia católica, lo cuál es igual de irresponsable que inculpar el adulterio sobre la institución del matrimonio. Déjenme darles algunos números que ustedes como católicos deberían recordar. Por ejemplo, 12% de 300 miembros del clero protestante encuestados admitieron haber tenido relaciones sexuales con algún feligrés; 38% reconoció algún otro tipo de contacto sexual inapropiado. En un estudio llevado a cabo por la United Methodist Church, 41.8 % de las mujeres del clero encuestadas reportó abusos en comportamientos sexuales no deseados; 17 % de las mujeres laicas han sufrido hostigamiento sexual. Mientras que solo el 1.7 % del clero católico ha sido encontrado culpable de pedofilia, 10% de los ministros protestantes han sido encontrados culpables de pedofilia. Este no es un problema de los católicos. Un estudio acerca de los sacerdotes Americanos mostró que la mayoría se encuentra felíz desempeñando su sacerdocio y que lo han encontrado mejor aún de lo que suponían, y que la mayoría, si se les presentara la alternativa, volverían a escoger el sacerdocio de cara a todos estos ataques infames que ha estado recibiendo la iglesia católica. La iglesia católica se encuentra sangrando de heridas auto-inflingidas. La agonía que los católicos han sentido y sufrido no es necesariamente culpa de la iglesia. Ustedes han sido dañados por un pequeño número de sacerdotes desviados quienes para ahora probablemente han sido arrancados. Caminen con sus hombros rectos y su frente en alto. Siéntanse orgullosos de ser miembros de la agencia no gubernamental más importante en los Estados Unidos. Y luego recuerden lo que dijo el profeta Jeremías… “Permanezcan en los caminos, y busquen y pregunten por las rutas ancestrales, donde se encuentra el bien y caminen por ellas, y encuentren descanso a sus almas”. Defiendan su fe con orgullo y reverencia y comprendan lo que su religión hace por todas las demás religiones. 
 SIÉNTETE ORGULLOSO DE SER CATÓLICO!!!

Inicia Año Santo 2010 con apertura de Puerta Santa en catedral Santiago ...

Anímate y vente a la PEJ

Evanxeo do cuarto domingo de Pascua (C)